Las casas pasivas y la orientación

Las casas pasivas son construcciones muy respetuosas con el medio ambiente, con muy bajas emisiones de CO2 y que permiten a los ocupantes beneficiarse de las ventajas naturales de su sitio.
La mejor forma de ponerlo en práctica es aprovechando el sol que aporta calor y luz, y por lo que es necesario aprovecharlos para limitar el uso de energía.

Una vivienda bien orientada favorece la reducción de las necesidades de calefacción e iluminación y permite un ahorro significativo de energía.

Es importante prestar especial atención al diseño y el posicionamiento de la vivienda en relación con su entorno. Las habitaciones que no requieren grandes ganancias de calor es mejor distribuirlas en la zona de norte: dormitorios, escaleras, pasillos y los espacios de vida implantarlos al sur o sur- este: salón, cocina, comedor.

En una casa bioclimática es fundamental la orientación correcta de las ventanas. Las ventanas son una fuente de ganancia de calor (y de luz) y de pérdida de calor. De hecho, los acristalamientos y los marcos de las ventanas son menos aislantes que las paredes. Por lo tanto, es crucial posicionar grandes ventanas al sur y sur-este y distribuir menos superficie acristalada en las fachadas norte.

Para mantener el calor es imprescindible una construcción de forma compacta, una buena hermeticidad, evitar pérdidas energéticas a través de las ventanas y tratar de obtener una buena inercia térmica y ventilación.

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